miércoles, 20 de noviembre de 2013

Sabias que…. Propiedades de las habas


LAS HABAS

 


Las habas pertenecen a la familia de las leguminosas y a la subfamilia de las fabáceas, fue consumida en el Antiguo Egipto, Grecia y Roma. Las habas son fáciles de cultivar y muy prolíficas. Se comen tanto las habas como las vainas.

Es una planta que puede alcanzar 1,5 m. Las hojas son alternas con foliolos anchos ovales redondeados, de color verde y desprovisto de zarcillos. El fruto es tipo legumbre de longitud variable, pudiendo alcanzar hasta más de 35 cm. El número de granos oscila entre 2 y 9. El color de la semilla es verde amarillento, aunque las hay de otras coloraciones más oscuras. 




Información Nutricional Habas

Componentes de las habas
  • Contienen 77.1% de agua.
  • Son abundantes en calorías y proteínas.
  • Contienen vitaminas: C, A, E, B1 y B2, en concreto de tiamina, niacina y folatos.
  • Contienen minerales como Potasio, Fósforo, Sodio, Calcio, Hierro, Magnesio y Zinc.
  • Está compuesta además por antioxidantes, lecitina, colina, Hidratos de Carbono, Fibra y Beta carotenos.
  • El valor nutritivo de las habas es distinto si son frescas o secas. Las habas secas tienen mayor cantidad de hidratos de carbono y proteínas, por lo que su valor energético es elevado.


 
Usos Medicinales Habas
  • Las habas favorecen el tránsito intestinal.
  • Las flores de haba se pueden emplear como depurativas, diuréticas y antirreumáticas.
  • El consumo de habas como alimento es muy útil para eliminar grasa de las arterias, disminuyendo el colesterol.
  • Se cree que las habas son afrodisíacas.
  • Su contenido en lecitina y colina ayuda a mejorar los síntomas del alzhéimer.

     


Tipos de Habas

  • Haba Aguadulce: sevillana. Semitemprana, tallos violetas, vainas grandes alargadas, granos de color crema tostada.
  • Haba Muchamiel: es una haba muy precoz, planta de porte medio, tallos rojizos, vainas colgantes, grano color crema tostada.
  • Haba Reina Blanca: menos precoz que la haba Muchamiel, granos color blanco grisáceo.
  • Haba Granadina: de semillas más claras.
  • Haba Reina Mora: las semillas de esta haba son de color púrpura.
  • Haba Arbo: también llamada Haba Blanca, es erguida, tiene los granos blancos y los tallos verdes.
  • Haba Mahón: puede encontrarse blanca y morada, la blanca tiene granos rojizos y la morada violáceos.

Propiedades de las habas



 

Las habas son un alimento del reino vegetal incluido en nuestra dieta, de la familia fabaceae, género vicia y especie faba. En lo que se refiere al tipo de alimento, pertenece al grupo verduras/hortalizas, y por sus características lo enmarcamos dentro de la rama semillas.

En cuanto al aspecto nutricional, es un alimento con un significativo aporte de vitamina B9, fibra, magnesio, vitamina B, potasio, fósforo, hidratos de carbono, vitamina C, hierro, proteínas, cinc y vitamina B3. El resto de nutrientes presentes en este alimento, ordenados por relevancia de su presencia, son: calorías, vitamina B6, vitamina B2, agua, calcio, selenio, ácidos grasos poliinsaturados, yodo, vitamina E, carotenoides, grasa, vitamina A, sodio, ácidos grasos monoinsaturados y ácidos grasos saturados.




Gracias al contenido de vitamina b9, las habas contribuyen a la formación de células sanguíneas y glóbulos rojos, ayudando a prevenir la anemia y a mantener sana la piel. Además de ser indispensable para la correcta división y crecimiento celular -fundamental durante el embarazo y la infancia-, la vitamina B9 -o ácido fólico- interviene en el metabolismo de proteínas, ADN y ARN, reduciendo el riesgo de aparición de deficiencias en el tubo neural del feto (estructura que dará lugar al sistema nervioso central). Esta vitamina además, disminuye la posibilidad de presentar enfermedades cardiovasculares, previene algunos tipos de cáncer como la leucemia, estimula la formación de ácidos digestivos y ayuda a mejorar el apetito.

Las habas, por su contenido en fibra, ayudan a que se den en el organismo las condiciones favorables para la eliminación de determinadas sustancias nocivas como colesterol o ciertas sales biliares, y colaboran en la dismunición de glucosa y ácidos grasos en la sangre. Por este motivo, los alimentos ricos en fibra se antojan indispensables en una dieta excesivamente rica en carbohidratos, proteínas o grasas. Además, colaboran en la eliminación de agentes cancerígenos.

Al tratarse de un alimento rico en magnesio contribuye a mejorar tanto el tono muscular como el neuronal, favoreciendo la transmisión de los impulsos nerviosos, y la contracción y relajación de los músculos. La presencia de magnesio, hace además, que las habas sean eficaces en el reforzamiento del sistema óseo y la dentadura, y muy conveniente para el sistema cardiovascular, ayudando a mantener estable el ritmo cardíaco y la presión arterial, protegiendo las paredes de los vasos sanguíneos y actuando como vasodilatador, evitando de esta manera la formación de coágulos. Además, con el magnesio, se aumenta la producción de glóbulos blancos para beneficio del sistema inmunitario. Se estima que alrededor del 60% del magnesio que asimilamos se asienta en huesos y dientes, el 28% en órganos y músculos, y el 2% restante en líquidos corporales.

Las habas constituyen un alimento con un significativo aporte de vitamina b1, por lo que participarán en la producción energética colaborando en el metabolismo de los carbohidratos. La vitamina B1 -o tiamina- juega además un papel esencial en la absorción de glucosa por parte de cerebro y sistema nervioso, por lo que la deficiencia de este nutriente puede derivar en cansancio, poca actividad mental, falta de coordinación, depresión, etc. Otras funciones como el crecimiento y mantenimiento de la piel o el sentido de la vista, dependen en buena medida de los niveles de esta vitamina en el organismo.







Las habas destacan por su aporte de potasio, que junto con el sodio, se encarga de regular el balance ácido-base y la concentración de agua en sangre y tejidos. Las concentraciones de estos dos elementos en el interior y exterior de las células de nuestro organismo, generan un potencial eléctrico que propicia las contracciones musculares y el impulso nervioso, con especial relevancia en la actividad cardíaca.

Debido al aporte de fosforo, las habas contribuyen a la mejora de determinadas funciones de nuestro organsimo como la formación y desarrollo de huesos y dientes, la secreción de leche materna, la división y metabolismo celular o la formación de tejidos musculares. La presencia de fósforo (en forma de fosfolípidos) en las membranas celulares del cerebro es fundamental, favoreciendo la comunicación entre sus células, mejorando de esta manera el rendimiento intelectual y la memoria.



Por su contenido en hidratos de carbono, las habas son un alimento ideal para el aporte energético, pues se estima que el 55-60% de la energía diaria que necesitamos debe provenir de carbohidratos, bien por la ingesta de alimentos ricos en almidón, bien por las reversas de glucógeno presentes en nuestro organismo. Además, la principal energía que necesita el cerebro para funcionar es la glucosa, que encontramos en alimentos ricos en carbohidratos. Gracias al carácter hidrofílico de los carbohidratos, este alimento constituye también una fuente de obtención rápida de energía, al ser fácilmente atacado por las enzimas hidrolíticas.

Por la concentración de vitamina c las habas presentan propiedades antioxidantes que ayudan a neutralizar los radicales libres y a eliminar determinadas sustancias tóxicas, reduciendo la probabilidad de desarrollar cáncer. La vitamina C inhibe además el crecimiento de bacterias dañinas para el organismo, favorece el sistema inmunitario, previene enfermedades vasculares al reducir la tensión arterial, y es empleada en tratamientos contra alergias como el asma o la sinusitis. En cuanto al desarrollo del organismo, esta vitamina tiene un destacado papel en el mantemiento de cartílagos, huesos y dientes, ayuda a la absorción del hierro no hémico, y es imprescindible en la formación de colágeno, por lo que previene contra afecciones de la piel y contribuye a la cicatrización de heridas y quemaduras. También es sabido que mejora la visión y reduce la posibilidad de aparición de glaucoma y cataratas, además de combatir el estreñimiento por sus propiedades laxantes.

Por ser un alimento rico en hierro (necesario para la síntesis de hemoglobina), las habas colaboran en la renovación de las células sanguíneas, posibilitando el transporte de oxígeno desde los pulmones hacia los diferentes órganos, como los músculos, el hígado, el corazón o el cerebro, siendo el hierro indispensable en determinadas funciones de este último, como la capacidad de aprendizaje. El hierro también incrementa la resistencia ante enfermedades reforzando las defensas frente a los microorganismos, previene estados de fatiga o anemia, y sin él no podrían funcionar el sistema nervioso central, el control de la temperatura corporal o la glándula tiroides, siendo además saludable para la piel, el cabello y las uñas. Este alimento resulta muy beneficioso para el organismo en situaciones de carencia de hierro, ya sean como consecuencia de hábitos alimenticios inadecuados, durante la menstruación o el embarazo, o tras accidentes u operaciones médicas donde se ha perdido sangre.

Por su relevante aporte de proteinas, las habas son idóneas para el adecuado crecimiento y desarrollo del organismo, favoreciendo las funciones estructural, inmunológica, enzimática (acelerando las reacciones químicas), homeostática (colaborando al mantenimiento del pH) y protectora-defensiva.

Las habas, gracias a su contenido en cinc, resultan muy beneficiosas en el proceso de formación de los huesos, así como en el desarrollo de los órganos reproductivos, favoreciendo el funcionamiento de la glándula prostática. El cinc, además de ser un poderoso antioxidante natural, favorece la absorción de vitamina A y la síntesis de proteínas como el colágeno, colabora en el adecuado crecimiento durante el embarazo, niñez y adolescencia, y ayuda al mantenimiento de los sentidos de la vista, el gusto y el olfato. Además de en los huesos, está presente en diferentes tejidos de nuestro organismo como músculos, testículos, cabellos, uñas y revestimientos oculares.

Por su aporte de vitamina b3-o niacina- las habas intervienen en el proceso de transformación de energía a partir de hidratos de carbono, proteínas y grasas, y contribuyen a relajar los vasos sanguíneos dotándoles de elasticidad, a estabilizar los niveles de glucosa y ácidos grasos en la sangre, y a reducir el colesterol secretado por el hígado. Junto con otras vitaminas del complejo B, la niacina ayuda a mantener sanas piel y mucosas digestivas, además de colaborar en el buen estado del sistema nervioso.


 

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